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En el año de 1989 existió una banda subterránea de rock en el sur de la ciudad de México, llamada Ratas de Coyoacán que, Influenciada por músicos y artistas de México, Europa y Estados Unidos, formó parte del movimiento que se desarrolló durante la transición de la década de los 80 a los 90.

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Por dos años y medio, Ratas de Coyoacán estuvo presente en la escena musical capitalina, ofreciendo diversos conciertos en lugares icónicos de aquella época como el Bar 9, Rockotitlán, el Hijo del Cuervo, L.U.C.C., ES3, el Laboratorio de Patafísica, entre otros. Alternando con grupos como Santa Sabina, Ninot, Ritmo Peligroso, Consumatum Est, Los Amantes de Lola, La Gusana Ciega, Signos Vitales, Las Víctimas del Dr. Cerebro y muchos más.

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En 1989 Ratas de Coyoacán apareció en el programa de televisión “Buenos Días”, conducido por Luis Carbajo(Æ—), y en 1990 fue finalista en el concurso “Rock en la Selva de Asfalto”, organizado por el Instituto Mexicano de la Radio y el Circo Volador, realizando también algunas sesiones en directo para Radio Educación. No obstante, la mayor proyección que alcanzó la banda fue en su propio ámbito territorial, en el sureste de la Ciudad de México, donde confluyen los barrios de Coyoacán, Tlalpan y Culhuacán, lugares donde ofrecieron una gran cantidad de conciertos callejeros, así como presentaciones en fiestas, escuelas, pequeños locales y también en la unidad habitacional Alianza Popular Revolucionaria, microcosmos que vio nacer a la banda.

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Ratas de Coyoacán estaba integrado por Eduardo Saucedo Sánchez de Tagle (guitarrista y fundador del grupo), Jorge García Zavaleta (voz), Pablo Estrada Ortega (bajo), Ulises Ramón Téllez (teclado) y Sergio Maldonado Ortega (batería). Esta formación se mantuvo durante la mayor parte de la historia de la banda. No obstante, antes de consolidar esa alineación, existió un antecedente bajo el nombre de Figura Fija y Aristas, en donde también estuvieron, en un primer momento, Pedro del Castillo (Æ—) y Omar Pérez. De igual modo, en la etapa final del grupo participaron Jorge Farías, Hazur Avin y Pavel González.

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Luego de una breve, pero intensa historia y, debido a motivos diversos, la banda llegó a su fin, dejando tras de sí un repertorio de más de veinte canciones originales, creadas en diferentes etapas del grupo. Música que nunca pudo ser grabada en un álbum de estudio, y que quedó solamente registrada en demos y cintas con grabaciones de conciertos en vivo de muy mala calidad auditiva.

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Sin abandonar del todo la música, cada uno de los miembros de la banda tomó caminos divergentes que los condujeron, en un primer momento, a militar con otras bandas (Eduardo Saucedo: Las Bailarinas!, Pablo Estrada: Una Cosa que Mata, Jorge García: Alfamono, Ulises Ramón: Argus, Sergio Maldonado y Hazur Avin: Hibernia,) y, posteriormente, por senderos ligados a las Ciencias Sociales, el arte, la programación, el diseño y la hostelería; andares que a la postre los llevarían a radicar en diversas ciudades de México y España.

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Casi 30 años más tarde, en diciembre de 2018, los miembros originales de Ratas de Coyoacán se reunieron para recordar a la banda y tocar en un pequeño concierto para sus amigos cercanos. De esa grata y extraordinaria experiencia, nació la idea de rescatar del olvido la música de Ratas de Coyoacán, con la intención de legar un modesto testimonio de su paso por el rock mexicano y, sobre todo, crear algo que en su momento nunca pudieron realizar: un álbum de estudio.

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Aprovechando las ventajas que ofrecen la tecnología y los medios de comunicación actuales, se logró poner en marcha esta iniciativa, a pesar de que los miembros de la banda estuvieran radicando en distintas ciudades dentro y fuera de México.

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El proyecto de rescate musical se planteó en tres etapas, la primera de ellas, retomando canciones de la época inicial del grupo, cuando su sonido fue definido por la crítica especializada como “rock pop con influencia neopsicodélica”. La segunda parte del proyecto, estará centrada en la música generada durante la etapa de madurez de la banda, caracterizada por un sonido más ácido y estridente. Mientras que la tercera y última parte, girará en torno a una serie de canciones creadas en la actualidad, más de tres décadas después del nacimiento del grupo.

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Así, en septiembre de 2020 llegó la primera entrega. Un álbum que por motivos de identidad y nostalgia lleva por título: Figura Fija y Aristas, en el cual se incluyen 6 canciones provenientes de los primeros demos de Ratas de Coyoacán (Mutilador de imágenes, Prófugo de ti, Cortando, Todo lo que yo haría, Tus promesas caen y La calle más oscura).

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Se trata de una grabación independiente y autogestiva, realizada por Jorge García Zavaleta (voz, coros y teclados), Eduardo Saucedo Sánchez de Tagle (guitarras acústicas y eléctricas), y Pablo Estrada Ortega (bajo, teclados, mezcla y master).

Por su parte, Sergio Maldonado contribuyó con la captura de secuencias de batería midi y Ulises Ramón Téllez, aportó bases para los arreglos de teclados. De igual modo, Julio Serrano participó en la primera etapa del álbum con la grabación y producción de algunos tracks de guitarra, y Carlos Estrada, en la grabación de las voces y coros de algunos temas. Las canciones fueron grabadas en Ciudad de México, la ciudad de San Luis Potosí y en Barcelona, España, en donde también se realizó la mezcla y masterización del álbum.

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A pesar de que se hicieron ciertos arreglos a las canciones, se buscó mantener el sonido y la esencia original de las composiciones, respetando el desenfado, la inocencia y la energía de lo que fue la primera banda de rock de sus integrantes.

En términos visuales, el álbum refleja algunos de los escenarios y personajes característicos de la primera etapa del grupo. El diseño y el arte visual fueron obra de Jorge García Zavaleta.

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Ratas de Coyoacán, con pocos recursos, venciendo a sus propios demonios, contra todo pronóstico, y desde lo más íntimo y profundo de sus correspondientes madrigueras, presentan Figura Fija y Aristas, un álbum que es producto de la necedad, el destino, el amor a la música y, sobre todo, de una amistad que sobrevivió al tiempo, a la distancia y a un sinnúmero de vicisitudes.

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Este trabajo representa el preámbulo de una serie de entregas que verán la luz en los próximos años.

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Ratas de Coyoacán

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